9 de 10 trabajadores independientes no cotiza, según estudio

Esta situación amenaza el futuro económico de estos trabajadores y también la estabilidad del sistema previsional en el país.

Un informe reciente evidencia que nueve de cada diez trabajadores por cuenta propia no están cotizando para su jubilación, lo que pone en relieve un problema relevante en la protección social de los trabajadores independientes.

La investigación elaborada por la OCEC-UDP, analiza los factores que afectan la cotización para pensiones, basándose en la Encuesta Suplementaria de Ingresos (ESI) del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) correspondiente al cierre de 2023.

Este estudio examina los motivos por los que diversos grupos laborales en Chile no realizan cotizaciones para su jubilación, incluso cuando están activos laboralmente.

Desigualdad en las cotizaciones por tipo de trabajo y nivel de Ingresos

Uno de los principales hallazgos del informe es que el 26,2% de los trabajadores en edad laboral (hombres de 15 a 64 años y mujeres de 15 a 59 años) no están cotizando para su jubilación.

Este fenómeno afecta principalmente a quienes tienen ingresos más bajos, menor nivel educativo y aquellos que se desempeñan en trabajos informales o de difícil fiscalización, como el servicio doméstico y el comercio en la vía pública.

Por categoría ocupacional, el estudio detalla que el problema es particularmente severo en ciertos segmentos. Así, el 100% de los familiares no remunerados no realiza cotizaciones para pensiones, mientras que entre los trabajadores por cuenta propia, el 87% tampoco cotiza. Estos niveles contrastan con los de los trabajadores asalariados, quienes, debido a la regulación, presentan una tasa mucho menor de no cotización.

La correlación entre ingresos y cotización es clara: entre los trabajadores con ingresos menores a $500.000, el 48% no realiza aportes previsionales, mientras que entre aquellos que ganan más de $1 millón, solo el 6% se encuentra en la misma situación. Esta disparidad refleja cómo los bajos ingresos limitan la capacidad de cotización y aumentan la vulnerabilidad financiera futura.

El informe también destaca que el nivel educativo influye notablemente en la disposición a cotizar. Los trabajadores con estudios secundarios incompletos o menores presentan una tasa de no cotización del 48%, mientras que quienes han completado estudios superiores tienen una tasa significativamente menor, de apenas el 13%. Esto sugiere que un mayor nivel educativo puede estar relacionado con una mayor conciencia sobre la importancia de la previsión social y un mayor acceso a empleos formales.

La naturaleza del trabajo de los empleados independientes dificulta en muchos casos el seguimiento y la obligatoriedad de cotización. Las tasas de no cotización son especialmente altas en trabajos realizados en la vía pública (58,5%) y en los hogares (85,1%), ya sea el propio o el de los clientes. Este contexto hace que la fiscalización sea un desafío complejo, ya que gran parte de estos trabajos se desarrollan en entornos donde la regulación y la supervisión resultan prácticamente imposibles.

Los trabajadores que se desempeñan en actividades como la construcción, alojamiento y servicios de comida, así como en el sector agropecuario, también registran altas tasas de no cotización. En contraste, los sectores de la administración pública y educación presentan cifras mucho más bajas (2,5% y 3,9%, respectivamente), lo que se atribuye al alto nivel de formalidad y regulación en estas actividades.

Este problema no solo amenaza el bienestar económico de los trabajadores en su jubilación, sino que también desafía la sostenibilidad del sistema previsional a largo plazo.

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